miércoles, 26 de octubre de 2011

Elegía ( A Ramón Sijé)


Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.

Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento.
a las desalentadas amapolas
daré tu corazón por alimento.


Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.
Un manotazo duro, un golpe helado, 
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.

Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta.

Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.

Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.

Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera
de angelicales ceras y labores.

Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.
Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irán a cada lado
disputando tu novia y las abejas.

Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.

A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.




http://www.youtube.com/watch?v=vKPhKUCcIQc

Elegìa Primavera (A Federico García Lorca, poeta)


Atraviesa la muerte con herrumbrosas lanzas,
y en traje de cañón, las parameras
donde cultiva el hombre raíces y esperanzas,
y llueve sal, y esparce calaveras.

Verdura de las eras,
¿qué tiempo prevalece la alegría?
El sol pudre la sangre, la cubre de asechanzas
y hace brotar la sombra más sombría.

El dolor y su manto
vienen una vez más a nuestro encuentro.
Y una vez más al callejón del llanto
lluviosamente entro.

Siempre me veo dentro
de esta sombra de acíbar revocada,
amasado con ojos y bordones,
que un candil de agonía tiene puesto a la entrada
y un rabioso collar de corazones.

Llorar dentro de un pozo,
en la misma raíz desconsolada
del agua, del sollozo,
del corazón quisiera:
donde nadie me viera la voz ni la mirada,
ni restos de mis lágrimas me viera.

Entro despacio, se me cae la frente
despacio, el corazón se me desgarra
despacio, y despaciosa y negramente
vuelvo a llorar al pie de una guitarra.

Entre todos los muertos de elegía,
sin olvidar el eco de ninguno,
por haber resonado más en el alma mía,
la mano de mi llanto escoge uno.

Federico García
hasta ayer se llamó: polvo se llama.
Ayer tuvo un espacio bajo el día
que hoy el hoyo le da bajo la grama.
¡Tanto fue! ¡Tanto fuiste y ya no eres!
Tu agitada alegría,
que agitaba columnas y alfileres,
de tus dientes arrancas y sacudes,
y ya te pones triste, y sólo quieres
ya el paraíso de los ataúdes.

Vestido de esqueleto,
durmiéndote de plomo,
de indiferencia armado y de respeto,
te veo entre tus cejas si me asomo.

Se ha llevado tu vida de palomo,
que ceñía de espuma
y de arrullos el cielo y las ventanas,
como un raudal de pluma
el viento que se lleva las semanas.

Primo de las manzanas,
no podrá con tu savia la carcoma,
no podrá con tu muerte la lengua del gusano,
y para dar salud fiera a su poma
elegirá tus huesos el manzano.

Cegado el manantial de tu saliva,
hijo de la paloma,
nieto del ruiseñor y de la oliva:
serás, mientras la tierra vaya y vuelva,
esposo siempre de la siempreviva,
estiércol padre de la madreselva.

¡Qué sencilla es la muerte: qué sencilla,
pero qué injustamente arrebatada!
No sabe andar despacio, y acuchilla
cuando menos se espera su turbia cuchillada.

Tú, el más firme edificio, destruido,
tú, el gavilán más alto, desplomado,
tú, el más grande rugido,
callado, y más callado, y más callado.

Caiga tu alegre sangre de granado,
como un derrumbamiento de martillos feroces,
sobre quien te detuvo mortalmente. 
Salivazos y hoces 
caigan sobre la mancha de su frente.

Muere un poeta y la creación se siente
herida y moribunda en las entrañas.
Un cósmico temblor de escalofríos
mueve temiblemente las montañas,
un resplandor de muerte la matriz de los ríos.

Oigo pueblos de ayes y valles de lamentos,
veo un bosque de ojos nunca enjutos,
avenidas de lágrimas y mantos:
y en torbellino de hojas y de vientos,
lutos tras otros lutos y otros lutos,
llantos tras otros llantos y otros llantos.

No aventarán, no arrastrarán tus huesos,
volcán de arrope, trueno de panales,
poeta entretejido, dulce, amargo,
que al calor de los besos
sentiste, entre dos largas hileras de puñales,
largo amor, muerte larga, fuego largo.

Por hacer a tu muerte compañía,
vienen poblando todos los rincones
del cielo y de la tierra bandadas de armonía,
relámpagos de azules vibraciones.

Crótalos granizados a montones,
batallones de flautas, panderos y gitanos,
ráfagas de abejorros y violines,
tormentas de guitarras y pianos,
irrupciones de trompas y clarines.

Pero el silencio puede más que tanto instrumento.

Silencioso, desierto, polvoriento
en la muerte desierta,
parece que tu lengua, que tu aliento,
los ha cerrado el golpe de una puerta.

Como si paseara con tu sombra,
paseo con la mía
por una tierra que el silencio alfombra,
que el ciprés apetece más sombría.

Rodea mi garganta tu agonía
como un hierro de horca
y pruebo una bebida funeraria.
Tú sabes, Federico García Lorca,
que soy de los que gozan una muerte diaria.

domingo, 23 de octubre de 2011

Poemas y Análisis

Mi Corazón No Puede Con La Carga


Mi corazón no puede con la carga
de su amorosa y lóbrega tormenta
y hasta mi lengua eleva la sangrienta
especie clamorosa que lo embarga.

Ya es corazón mi lengua lenta y larga,
mi corazón ya es lengua larga y lenta...
¿Quieres contar sus penas? Anda y cuenta
los dulces granos de la arena amarga.

Mi corazón no puede más de triste:
con el flotante espectro de un ahogado
vuela en la sangre y se hunde sin apoyo.

Y ayer, dentro del tuyo, me escribiste
que de nostalgia tienes inclinado
medio cuerpo hacia mí, medio hacia el hoyo.





Análisis

Tipo de poema: Soneto
Estrofas: 4
Versos: 24 (2 Cuartetos y 2 Tercetos)
Silabas por verso: 11 silabas métricas por verso
Rima: Consonante
Actitud lírica: Expresiva y apostrófica
Motivo lírico: Tristeza, Desamor.

El poema trata acerca de los pesares que siente el hablante lírico debido a que  sufre por amor.


En el poema el hablante lírico utiliza las siguientes figuras literarias:

  • Personificación: "Mi corazón no puede más de triste"
  • Metáfora: "vuela en la sangre y se hunde sin apoyo"





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todo era azul

Todo era azul delante de aquellos ojos y era
verde hasta lo entrañable, dorado hasta muy lejos.
Porque el color hallaba su encarnación primera
dentro de aquellos ojos de frágiles reflejos.

Ojos nacientes: luces en una doble esfera.
Todo radiaba en torno como un solar de espejos.
Vivificar las cosas para la primavera
poder fue de unos ojos que nunca han sido viejos.

Se los devoran. ¿Sabes? No soy feliz. No hay goce
como sentir aquella mirada inundadora.
Cuando se me alejaba, me despedí del día.

La claridad brotaba de su directo roce,
pero los devoraron. Y están brotando ahora
penumbras como el pardo rubor de la agonía.


Análisis

Tipo de poema: Soneto
Estrofas: 4
Versos: 24 (2 Cuartetos y 2 Tercetos)
Silabas por verso: 14 silabas métricas por verso
Rima: Consonante

Actitud lírica: Expresiva, apostrófica y enunciativa.
Motivo líricoTristeza, Nostalgia.

El poema trata acerca de los recuerdos del hablante lírico, la nostalgia y tristeza que le produce recordar aquellos ojos que un día vio partir.


En el poema el hablante lírico utiliza las siguientes figuras literarias:

  • Metáfora: "Y están brotando ahora, penumbras como el pardo rubor de la agonía"
  • Epíteto: "Ojos nacientes"




miércoles, 19 de octubre de 2011

Obras y poemas musicados


Poemas
  • "Perito en lunas", Murcia, La Verdad, 1933 (Prólogo de Ramón Sijé).
  • "El rayo que no cesa", Madrid, Héroe, 1936.
  • "Viento del pueblo. Poesía en la guerra", Valencia, Socorro Rojo Internacional, 1937 (Prólogo de Tomás Navarro Tomás).
  • "El labrador de más aire", Madrid - Valencia, Nuestro Pueblo, 1937.
  • "El rayo que no cesa", Buenos Aires, Espasa-Calpe, 1949 (Prólogo de José María Cossío. Incluye poemas inéditos).
  • "Seis poemas inéditos y nueve más", Alicante, Col. Ifach, 1951.
  • "Obra escogida", Madrid, Aguilar, 1952 (Incluye poemas inéditos).
  • "Cancionero y romancero de ausencias", (1938–1941), Buenos Aires, Lautaro, 1958 (Prólogo de Elvio Romero).
  • Antología, Buenos Aires, Losada, 1960 (Selec. y Prólogo de Mª de Gracia Ifach. Incluye poemas inéditos).
  • Obras completas, Buenos Aires, Losada, 1960 (Ordenada por E. Romero. Prólogo de Mª de Gracia Ifach).
  • "El hombre acecha", Santander, Diputación, 1961 (Facsímil de la primera edición de 1939 perdida en imprenta).
  • "Obra poética completa", Madrid, Zero, 1979 (Introducción, estudio y notas de Leopoldo de Luis y Jorge Urrutia).
  • "24 sonetos inéditos", Alicante, Instituto de estudios Juan Gil-Albert, 1986 (Edición de José Carlos Rovira).
Poemas Musicados
  • Homenaje a Miguel Hernández por Adolfo Celdrán, Movieplay-Fonomusic, 1976.
  • Homenaje flamenco a Miguel Hernández, por Enrique Morente (1971). Poemas de Miguel Hernández. Guitarra de Parrilla de Jerez y Perico "El del Lunar".
  • Miguel Hernández, por Joan Manuel Serrat (1972). Poemas de Miguel Hernández. Arreglos y Dirección Musical: Francesc Burrull.
  • El niño yuntero, musicalizado por el cantautor chileno Víctor Jara en su álbum El derecho de vivir en paz en 1971. También una de las últimas canciones de Jara, Vientos del pueblo, donde canta sobre la posibilidad de una guerra civil o un régimen fascista en su país, está inspirada por un poema homónimo de Hernández.
  • Hijo de la luz y de la sombra, por Serrat (2010).
  • Hoy converso con Miguel, Nach.


              Biografía

               Miguel Hernández Gilabert es un poeta y dramaturgo  de especial relevancia en la literatura española del siglo XX nacido el 30 de octubre de 1910 en Orihuela y que falleció en Alicante el 28 de marzo de 1942.
              Nacido en el seno de una familia humilde y criado en el ambiente campesino de Orihuela.
              Miguel fue escolarizado entre 1915 y 1916 en el centro de enseñanza "Nuestra Señora de Monserrat" y de 1918 a 1923 recibe educación primaria en las escuelas del Amor de Dios; en 1923 pasa a estudiar el bachillerato en el colegio de Santo Domingo de Orihuela, regentado por los jesuitas, los que le proponen para una beca con la que continuar sus estudios, que su padre rechaza. En 1925 abandonó los estudios por orden paterna para dedicarse en exclusiva al pastoreo, aunque poco tiempo después cursa estudios de derecho y literatura. Mientras cuida el rebaño, Miguel lee con avidez y escribe sus primeros poemas.
                Por entonces, el canónigo Luis Almarcha Hernández inicia una amistad con Miguel y pone a disposición del joven poeta libros de San Juan de la Cruz, Gabriel Miró, Paul Verlaine y Virgilio entre otros. Sus visitas a la Biblioteca Pública son cada vez más frecuentes y empieza a formar un improvisado grupo literario junto a otros jóvenes de Orihuela en torno a la tahona de su amigo Carlos Fenoll. Los principales participantes en aquellas reuniones son, además de Miguel y el propio Carlos Fenoll, su hermano Efrén Fenoll, Manuel Molina, y José Marín Gutiérrez, futuro abogado y ensayista que posteriormente adoptaría el seudónimo de "Ramón Sijé" y a quien Hernández dedicará su célebre Elegía. Desde ese momento, los libros serán su principal fuente de educación, convirtiéndose en una persona totalmente autodidacta. Miguel de Cervantes, Lope de Vega, Pedro Calderón de la Barca, Garcilaso de la Vega y, sobre todo, Luis de Góngora, se convertirán en sus principales maestros.
                Viaja a Madrid en 1931 y al año siguiente participa en el homenaje a Gabriel Miró en Alicante. Aparece el libro "Perito en lunas" (1933), que sigue los modelos estéticos de Luis de Góngora. En Madrid recibe influencia de Pablo Neruda y Vicente Aleixandre, quienes tienen una visión menos subliminada de la existencia y determina su abandono del catolicismo a un compromiso político de izquierda. A raíz de la guerra civil española se funde su dimensión poética y humana; es comisario de la cultura en el ballatón de "El campesino" y colabora con "Nuestra cultura" y "Hora de España". 
                A partir de 1939 sufre sucesivos encarcelamientos, el último de ellos en el reformatorio de Alicante, donde Muere.
                Fue enterrado en el nicho número mil nueve del cementerio de Nuestra Señora del Remedio de Alicante, el 30 de marzo. Actualmente sus restos mortales reposan en una sepultura del mismo cementerio, junto a los de su mujer Josefina Manresa y su hijo, dicha sepultura, fácilmente identificable, es muy visitada.
                 En febrero de 2011, la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo de España denegó la posibilidad de un recurso extraordinario de revisión de la condena solicitado por la familia, al considerar que la misma fue impuesta por motivos ideológicos o políticos y que ya quedó anulada con la Ley de Memoria Histórica que declaró este tipo de condenas como radicalmente injustas e ilegítimas.